EUROPA - ¿Qué presidente para Europa?

Europa - ¿Qué  presidente para Europa? (L'Echo. Le quotidien de l'économie et de la finance, 12 de noviembre de 2009)


     

Esta semana, la Unión europea debería elegir a su presidente.

Ahora que ha sido aceptado por todos los miembros de la Unión, el Tratado de Lisboa, que ha modificado las instituciones europeas, puede entrar en vigor. Ahora bien, el tratado prevé la elección de un presidente del Consejo de Ministros europeo.

Es un momento importante de la construcción europea :  por primera vez en la historia, todos los europeos, unidos en federación, del Atlántico a las fronteras con Rusia, estarán representados en la escena internacional por un « presidente de Europa ».

Pero, ¿quién será ese presidente?

Se mencionan tres personalidades :  el antiguo primer ministro británico, el Sr. Anthony Blair, quien , para asegurar su reciclaje, se ha presentado como candidato de inmediato y ha organizado un lobbying espectacular en todas partes donde podía ganar influencia; el primer ministro luxemburgués, el Sr. Jean-Claude Juncker, un eurófilo convencido; y el Sr. Herman Van Rompuy, primer ministro belga.

Hasta este momento, el consenso parece organizarse en torno al Sr. H. Van Rompuy.

En efecto, el encendido Sr. Blair arrastra algunas cacerolas muy ruidosas, empezando por su  decisión de entrar en guerra con Irak, en 2003, en contra de las posiciones francesa,  belga y alemana, y violando el derecho internacional… Además, no se puede decir que el Reino Unido haya llevado hasta ahora una política muy pro-europea: ha retrasado su entrada en la « zona euro » y el último discurso de la Reina en el parlamento británico ha situado claramente a Gran Bretaña al lado de los Estados Unidos y no de Europa.

En cuanto al Sr. J.-Cl. Juncker, personalidad fuerte,  y además, con una larga trayectoria  en Europa, que ha participado, por ejemplo, en la edificación del Tratado de Maastricht, al declarar su candidatura, abiertamente, como un obstáculo para el Sr. A. Blair, se ha atraído la irremediable oposición de Londres.

Pero ¿por qué el Sr. H. Van Rompuy? ¿Es el hombre que Europa necesita?  Discreto, casi un desconocido fuera de las fronteras belgas, defensor de la vieja derecha conservadora católica flamenca, no tiene ni la talla de un Blair, ni la dimensión europea de un  Juncker.

Además, si bien sus cualidades de técnico político, de hombre de expedientes, le permitirían probablemente gestionar con éxito el rompecabezas de un Consejo de Minsitros con 27 miembros, ¿tendrá el Sr. H. Van Rompuy el carisma necesario par imponer internacionalmente los puntos de vista de la Unión?

De hecho, el Sr. H. Van Rompuy, que ni siquiera era candidato y que no ha tenido nunca ambiciones europeas, ¿no es más bien el elegido, por defecto, por  los pesos pesados de Europa, de  Francia y Alemania en particular, preocupados por sentar en la presidencia a una personalidad neutra y poco agitada?

Si es el caso, no es positivo para Europa, que perdería entonces su entrada en la escena internacional.

Dicho esto (y más allá del debate sobre las personas), ¿qué presidente desean los europeos?

Ya que, a fin de cuentas, el verdadero problema está ahí :  sea quien sea el futuro presidente de la Unión europea, no será realmente el representante de los europeos, sino una especie de super-funcionario, elegido en las altas esferas europeas, y muy lejos de los ciudadanos…

El presidente de Europa no será verdaderamente su representante hasta el día en que sea elegido por los ciudadanos.

Ese día, los ciudadanos tendrán el sentimiento de pertenecer efectivamente a esa vasta entidad federada y podrán reconocer en su presidente a su portavoz.

Pero en este estadio, el ciudadano es dejado de la mano de Dios, se le excluye de la elección:  al realizar esta  proeza, Europa ha dejado pasar la ocasión.

Así, sea el que sea, finalmente, el presidente de la Unión no será el « Barak Obama de Europa ».
 

Enlace(s) útile(s) :  L'Echo.

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