LIBIA – Los demonios y las sombras de la « Primavera árabe »

Publié le par Pierre PICCININ

Libia - Los demonios y las sombras de la «Primavera árabe» (Le Soir.be, 22 de agosto de 2011; L'Orient-Le Jour, 25 de agosto de 2011; L'Humanité, 25 de agosto de 2011)

 

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                                                                                                 ©  photo Pierre PICCININ (agosto 2011)

 

 

 

por Pierre PICCININ, en Libia (agosto de 2011)

 

 

Photos-illustration-2 3741 - CopieEstamos muy lejos, en Libia, sobre el terreno, de la imagen simplificada de una rebelión popular que derroca la feroz dictadura de Muamar el Gadafi. 

 

La sociedad libia está constituida por un conjunto de tribus, que a su vez están sementadas en varios clanes, cuyas alianzas se rehacen permanentemente.

 

El surgimiento de la protesta ha servido de inmediato como pretexto para la sublevación de los jefes de los clanes y de varios mastodontes del régimen que se han hecho con él control de una parte de la rebelión.

 

Lejos de constituir una fuerza políticamente organizada con el objetivo de instaurar una democracia laica en Libia y más lejos aún de formar un conjunto unido bajo la dirección del Consejo nacional de Transición (CNT), el cual se presenta como el nuevo gobierno legítimo, la rebelión ha sido llevada a cabo por montón de jefes de guerra, que se disputan el control del territorio, de los campos petrolíferos y del agua.

 

Más precisamente, no habría que hablar de « la » rebelión, sino de « las » rebeliones, y, si la OTAN ha conseguido llegar a los rebeldes a derrocar a Muamar el Gadafi, es el control del país lo que desde ahora es un problema…

 

Esos jefes de clan, indisciplinados, han aumentado así su influencia: se meta no es conquistar las regiones tradicionalmente bajo el control de otras tribus y, en consecuencia, se han mostrado poco inclinadas a ir a luchar contra las tropas gubernamentales. Esas bandas armadas llevan a cabo algunas salidas, que son negociadas entre ellos y la CNT ataque por ataque.  Los integrantes, a menudo borrachos, de alcohol o de hachís, vacían algunas cajas de cartuchos y  regresa enseguida a su campamento para festejarlo. Todo el mundo baila, dispara ráfagas enteras. Los proyectiles caen y causan víctimas.

 

A veces, algunos clanes han cambiado de campo, generalmente en detrimento de Trípoli: imitando a sus vecinos, se han liberado de la tutela del gobierno para « unirse a la oposición ». Y es en gran parte de esta manera como « la rebelión ha progresado ».

 

Y ahora, ¿quién conseguirá contener a todos esos jefes de guerra, que se organizan una para conservar el control de sus territorios y reforzar sus milicias? ¿Quién podrá restaurar la unidad del Estado libio? ¿Quién podrá representar a Libia y dominar los recursos?

 

Por otra parte, solo los clanes del nordeste se sublevaron. Las tribus del gran sur, del noroeste (Tripolitania; con excepción de los Bereberes y de  Misrata) y de Sirta (centro marítimo) han apoyado a Gadafi. Son hoy los grandes perdedores de la  « revolución». O, en esta antítesis del Estado-nación que es Libia, una guerrilla podría resistir años; el ejército no se distingue de la población; cada hombre, cada adolescente miembro de un clan es un guerrillero en potencia.

 

 

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                                                                                        ©  photos Pierre PICCININ (agosto 2011)

 

 

En cuanto a los líderes de la CNT, un puñado de antiguos ministros gadafistas que han llegado poco a poco a entenderse, no se le puede calificar de demócratas.

 

Su presidente, Mustafa Abud al-Jalil, era hasta hace poco el ministro de justicia de Gadafi, denunciado por Amnistía Internacional como uno « de los más terribles responsables de las violaciones de derechos humanos en África del norte ». El comandante militar, otro ejemplo, era el general Abdul Fatah Yunis, antiguo jefe de la policía política de Gadafi, asesinado en julio en el contexto de rivalidades internas. Y los escasos militantes de derechos del hombre, que allí residen, difícilmente pueden servir de garantía…

 

Brevemente, será quién se come a quien, si consiguen imponerse por encima de las rivalidades tribales y de clan.

 

Tercera componente, el movimiento islamista: sus milicias se sublevan ahora, parece que financiadas por Qatar (muy implicado en Libia), hasta el punto de preocupar a la CNT que no tiene ningún control sobre esos grupos armados, que persiguen sus propios objetivos.

 

Además, desde el anuncio de el asalto a Tripoli, el iman Sallabi, exiliado en Doha, apoyado por la cadena satélite qatarí al-Jazeera, exhorta a los libios a enviar a su casa a los occidentales y a la fuerzas de la OTAN.

 

El problema no es ya saber que le ocurrirá al régimen, sino cual será el futuro de un país dividido en muchos frentes.

 

Queda la cuestión del papel singular desempeñado por Francia. Pero tal vez, si Gadafi obtiene un verdadero proceso público, ante el Tribunal penal internacional, en vez de acabar colgado como Saddam Hussein o de pasar a mejor vida en su celda como Slobodan Milosevic, nos enteraremos de muchas cosas sobre este tema…

 

 

 

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Enlace(s) útile(s) : Le Soir.be, L'Orient-Le Jour y L'Humanité.

 

 

© Este artículo puede ser reproducido libremente, a condición de mencionar la fuente (http://pierre.piccinin-publications.over-blog.com).

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