ORIENTE PRÓXIMO - Israel, un Estado canalla en libertad
Oriente Próximo - Israel, un Estado canalla en libertad (Alter Info, 2 de junio de 2010)
Una vez más, el Estado israelita ha menospreciado derecho internacional, por una acción que, de nuevo, constituye sin ambigüedad alguna, un « crimen de guerra ».
Este 30 de mayo, barcos de guerra israelíes han tomado al asalto varias embarcaciones civiles que se llevaban ayuda humanitaria con destino a Gaza. El balance de la operación contra esta flotilla es de más de diez muertos civiles (15 o 19, según las distintas fuentes), entre los cuales ciudadanos turcos, y varios centenares de prisioneros, entre los cuales había alemanes, irlandeses, franceses, griegos, británicos, italianos, belgas...
Al atacar barcos con pabellón extranjero, y esto en aguas internacionales, el Estado israelita, en términos estrictos del derecho, ha agredido a varias naciones miembros de la ONU, comenzando por la República de Turquía, igualmente miembro de la OTAN.
Por otra parte, el Estado israelita ha asesinado a civiles, violando la Convención de Ginebra sobre el derecho internacional humanitario.
Más sencillamente, según el derecho marítimo internacional, este ataque y capturar a personas aún detenidas en Israel, constituye ni más ni menos que un acto de piratería.
La Carta de las Naciones Unidas no deja lugar a dudas: Israel debe responder de sus actos ante el Tribunal de Justicia internacional, el único apto para juzgar a los Estados.
Sin embargo, Israel ha decidido esta acción sin temor de represalia alguna y ha llevado a cabo la operación sin ningún problema de conciencia.
"Marea roja en el Mediterráneo"
Y sí, es desafortunada, porque este acto perjudica gravemente la imagen de Israel.
Pero la imagen de Israel, ha llegado a ser tan negativa que esta nueva extorsión no supondrá casi ninguna diferencia: con la guerra del Líbano en el 2006, y los bombardeos sobre Gaza, en 2008 y t 2009, operaciones que causaron varios miles de muertos civiles, entre los cuales numerosos niños, y destruyeron pueblos enteros y centros humanitarios de la ONU y de la Cruz Roja, Israel ya no tiene gran cosa que perder en términos de imagen.
¿Quedaba algo que conservar, en vista de los innumerables actos de violencia anteriores incluso antes de estos últimos acontecimientos?
Por el contrario, Israel continúa su objetivo de asfixiar a los palestinos, en Gaza y en otros sitios, empujándoles al exilio, y dejando libres los territorios para la colonización judía.
En suma, en un cálculo cínico entre coste político y beneficio territorial, la imagen negativa en términos humanitarios no cuenta mucho frente a otra imagen, la de la fuerza y la decisión, y la de lograr llevar a cabo el proyecto de expansión iniciado en 948.
Esta vez, sin embargo, ha habido muertos, y no solo palestinos, las víctimas habituales de los bombardeos israelíes y que la comunidad internacional parece desde hace tiempo haber eliminado de la lista de pueblos protegidos por la Carta.
Turquía, por lo menos, ha declarado que no le será posible dejar las cosas así, y ya ha llamado a su embajador en Israel. Varios Estados de la Unión europea han exigido una investigación internacional. Y la Liga Árabe se ha unido a ellos.
Absorbido por la marea negra que afecta a California, el presidente Obama (que no ha condenado el ataque) no necesita este grave incidente diplomático. Pero probablemente, como siempre, el veto estadounidense bloqueará todo intento de reacción concreta por parte del Consejo de seguridad de las Naciones Unidas.
Y, ¿por qué, de ahora en adelante, Israel, Estado cañilla en libertad, se privará de continuar su política de violencia? Y eso en las mismas narices de la comunidad internacional, que acabará así por desacreditarse por completo.
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