EUROPA - Un "no a Lisboa" no es un "no a Europa"

Publié le par Pierre PICCININ

Europa - Un "no a Lisboa" no es uno "no a Europa". (L'Echo. Le quotidien de l'économie et de la finance, 2 de octubre de 2009) - Texto íntegro


      Never Mind The B****CKS - It Is The Same Treaty | Photo 02 by williamm on flickr.com        95% Of Europeans Would Vote NO by williamm on flickr.com

 

Este viernes, 2 de octubre, los irlandeses vuelven a las urnas para pronunciarse de nuevo sobre el Tratado de Lisboa.

 

Ciertamente ya manifestaron su oposición a este tratado europeo, en el  referéndum de junio de 2008.

 

Pero parece que su decisión desagradó, y se les propone una nueva votación, esperando que, esta vez, "votarán bien"…

 

En suma, es un poco como si el primer referéndum no fuese en serio y hubiera que comenzar de nuevo.  Sutilezas extrañas de la "democracia"…

 

Y Europa espera la decisión de Irlanda, el único país que ha sometido el tratado al voto  (la ley constitucional irlandesa así lo exige), mientras que, en cualquier otra parte, los parlamentos ya han confirmado el tratado, a excepción de Polonia y de la República checa, que esperan el anuncio de la posición irlandesa para pronunciarse.

 

Incluso los parlamentos de Francia y los Países Bajos lo han ratificado, países donde los ciudadanos, sin embargo, habían rechazado ampliamente, en los referéndums de 2005, la "Constitución europea" (Tratado de Roma II, de 2004) de la cual el Tratado de Lisboa es sólo una versión bis (pero que no debe estar necesariamente sujeta a una consulta popular).

 

Así, en Francia como en los Países Bajos, la "Constitución europea", que había sido rechazada, ha tenido que ser aceptada, disfrazada de Tratado de Lisboa.

 

¿Es esto negar la democracia?

 

Lo que desagrada, no es tanto Europa en sí misma sino  una visión de Europa, una visión particularmente liberal, lo que motivó la desconfianza de los ciudadanos con respecto a la "Constitución europea" y fue la principal causa de su rechazo.

 

En efecto, si la "Constitución" suponía  un progreso innegable para la democratización de las Instituciones europeas, otorgándole un papel más decisivo al Parlamento europeo, el único órgano directamente elegido por los ciudadanos, por otra parte el mismo texto  trazaba las líneas generales de la política económica europea en el marco del liberalismo y de las leyes del mercado. 

 

Enfrentados unos a otros los ciudadanos de los diferentes países de la Unión, en una competencia por el empleo desenfrenada, con deslocalizaciones y sustituciones de trabajadores del oeste por trabajadores del este, incluso a nivel de los ejecutivos y por lo tanto afectando a la clase media, esta "Constitución europea" fue rechazada principalmente por iniciativa de  los sindicatos.

 

Un “no a Lisboa” no significa “un no a Europa” como tampoco lo fue “el no a la Constitución”.

 

Muy al contrario, tiene que ser entendido como una voluntad de sostener Europa, pero una Europa que no sea únicamente una construcción económica, un vasto espacio de mercado, sino una Europa política que brinde a sus ciudadanos una seguridad social.

 

Es la Europa que quieren los ciudadanos que se expresaron en 2005 y en 2008, y de ninguna manera la Europa de Lisboa.

 

Entonces, son muchos los que esperan el voto irlandés, con la esperanza de que confirmará el rechazo de esta Europa liberal que ciertos gobiernos parecen querer imponer a su población, cueste lo que cueste, muy lejos del ideal de los Padres fundadores tan bien expresado por Robert Schuman, en 1950 ya, e incorporado al Tratado de Roma de 1957 :  "en ningún caso, el nivel de vida de los trabajadores debe disminuir ; es una regla absoluta que, desde el momento inicial, hemos puesto a la cabeza de nuestros principios; los poderes políticos (…) tendrán el papel de un inspector siempre vigilante y preocupado de asegurar, de imponer si es necesario, el mantenimiento de una política general de bienestar, de pleno empleo y de justicia social".

  

Enlace(s) útile(s) :  L'Echo.

Recorte de prensa :   lisbonne.jpg

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